EDITORIAL VILANO: HA LLEGADO CARTA (ANTERIORES)


Una nueva Constitución

por Mónica Salvador Traub
16 de agosto de 2022

“Best seller’ en Chile: 
el texto constitucional que será sometido a plebiscito es récord de ventas
Diario El País


A poco menos de un mes para que votemos en el plebiscito de salida en la que se aprobará o rechazará el texto que redactaron 154 chilenos mandatados para dar vida  a una  nueva Constitución, desde esta pequeña tribuna en la que  nos gusta leer y conversar, hacemos una invitación a leer el texto en cuestión. 

Esta invitación está muy lejos de querer influir en vuestra futura elección. Muy por el contrario, defendemos la idea de cada uno se forme su propia creencia  de lo que de acuerdo a su visión, piensa o  añora es mejor para un país que ha cambiado  y en el que son numerosos los desafíos que enfrentamos como colectivo.

Y por lo mismo es que pensamos que la mejor manera de llegar a formarse un argumento sólido que de sustento a nuestro voto es leer la nueva constitución. Por primera vez en nuestra Historia como país podemos ejecutar este magnífico ejercicio  democrático. 
Y en ese sentido, informarse de primera fuente es prioritario y no dejarse guiar por lo que otros opinan o creen que se entrega en este texto, y mucho menos aceptar que por tratarse de un texto complejo, no se es capaz de comprender. Eses es un insulto gratuito que no debemos aceptar. 
Es evidente que habrá temas que se escapan del conocimiento común que no es parte de nuestro cotidiano, pero no por ello habremos de privarnos del desafío de investigar, pensar, preguntar, discutir con amigos o familiares aquellas cuestiones que nos atañen y que se supone regirán nuestras vidas los próximos al menos 30 años. 

No por nada, la edición de la nueva Constitución se convirtió tras su entrega oficial el 4 de julio, en el texto de no ficción más vendido en las última semanas. Del mismo modo que hemos podido apreciar  largas filas  para conseguir un ejemplar a través de los diferentes  mecanismos que se han diseñado para que el texto llegue a la mayor cantidad de ciudadanos habilitados para participar  en este plebiscito. 

Y mejor aún, también se puede acceder al texto desde plataformas virtuales como la página de la Convención: VER ENLACE

O desde el sitio de Biblioteca Digital donde se encuentra el siguiente enlace VER ENLACE, que entrega una pequeña guía práctica para conocer la propuesta constitucional, donde se explican  los 10 pilares que sostienen los aspectos más relevantes de la propuesta de nueva Constitución. 


¿No tienes ganas de leer o tienes alguna dificultad para poder leer?  No hay problema. Puedes enganchar tu oreja al siguiente  podcast: VER ENLACE, audiolibro elaborado por  la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales. O la guía de Editorial Lom, “Con peras y manzanas”, que lo consigues en: VER ENLACE

Y como si fuera poco, un magnífico trabajo  realizado por la Biblioteca Nacional del Congreso en el que compara el texto de la Constitución vigente con aquél de la propuesta de la Convención Constitucional: VER ENLACE

O más lúdicamente, puedes acceder al texto desde: VER ENLACE en el que se encuentran todos los artículos de la nueva constitución separados por capítulos y subcapítulos. Está animado como una tabla periódica y separada en colores para hacerla más entretenida.

Por último, también puedes jugar un poco y contestar el match elaborado por diario La Tercera que a través de 16 preguntas claves busca develar cuán afín a tus ideas de lo que crees es bueno para Chile se encuentra expresado en la Nueva Constitución: VER ENLACE

Que no te cuenten cuentos ni te digan cómo votar. Fórmate tu propia idea…Pasa, lee, comparte. 

Mónica


     

Educación y Neurociencia (Neuroeducación)

                                                                                                                                  Por Reinaldo Aliaga

 20 de julio de 2022

En el entendido y definido como educación formal: presentación sistemática de contenidos, ideas, hechos y técnicas de aprendizaje, frente a la curiosidad de aprender, últimamente se hace necesario utilizar diferentes estrategias a través de la experimentación sistemática para concluir en logros que prioricen las habilidades en el conocimiento. Pero ¿cuáles son las claves que hoy tenemos, ya en este siglo XXI, para entender cómo aprende nuestro cerebro y así aplicarlas eficazmente en la enseñanza?, bien, contamos con la educación emocional, que es imprescindible, la respuesta está en saber que nos aporta la neurociencia.

Llamamos a esta estrategia: neuroeducación. Tenemos una disciplina que nos va a proveer la integración entre las ciencias de la educación y la neurología donde los y las educadoras y neurocientíficos van a producir en disciplinas tales como la psicología, una mejora en los métodos de enseñanza y en las estrategias de los diferentes programas educativos. Podemos entonces crear estímulos en nuestros educandos que mejoren los procesos cognitivos; el recuerdo y el entorno, aplicar en el aula como nos relacionamos afectivamente, (educación emocional), lo que es un aspecto imprescindible en el desarrollo educativo.  

Pero ¿qué está aportando la neurociencia?, entre los aspectos más significativos tenemos la emoción.Así comprendemos cómo influyen las emociones en el proceso enseñanza-aprendizaje.

Se ha demostrado que se aprende experimentando y que este aprendizaje se recuerda con mayor facilidad si interfiere la emoción. Sumamos a esto la atención y la motivación. En el aula se puede motivar a los alumnos y alumnas si van consiguiendo pequeños logros intermedios y alcanzables, para evitar la frustración.  Despertar nuevos estímulos, interés y atención, curiosidad y atentos a los sentidos con actividades divertidas e interrelacionadas con disciplinas diversas. 

En la experiencia personal, junto a un programa innovador y atendiendo lo anterior, ajustados a los aportes de la neurociencia, hemos desarrollado ya hace una década atrás un giro en la entrega de Planes y Programas en el Liceo Bicentenario Polivalente San Nicolás, Región de Ñuble.

Esto se traduce en dos ejes, el primero: las Agrupaciones Flexibles, en la cual de acuerdo a los logros de aprendizaje los alumnos y alumnas, de un mismo grado, van avanzando según su propio ritmo, lo cual pueden estar en un grado avanzado o intermedio, y de acuerdo a los resultados mes a mes pueden alternar de estado, sin producir frustraciones; la otra modalidad son las Aulas Abiertas, que en el caso de las Artes los y las estudiantes desarrollan habilidades por sobre los contenidos.


He aquí que la neurociencia nos entrega uno de sus mayores beneficios, gestionar las emociones, descubrir como el cerebro aprende y cuál es el camino que como docentes debemos tomar. Aplicar el juego en el aula, actividades grupales y todo lo que lleve a colocar al alumno en el centro del aprendizaje, que “experimenten”, que aprendan “haciendo”, son la clave del éxito y el aporte de la neurociencia. Conseguir que los alumnos sean activos en su aprendizaje se consigue en gran medida a través de las metodologías activas.

Reinaldo Aliaga Molina

Docente, Liceo Bicentenario Polivalente San Nicolás, Ñuble


              

DÍA DEL PADRE
Por Mónica Salvador Traub
 19 de junio de 2022

Es un buen tipo mi viejo. Que anda solo y esperando.  Tiene la tristeza larga, De tanto venir andando

Viejo, mi querido viejo 

El Día del Padre, es una celebración que no se marca en el calendario con la misma fecha en todo el mundo. En España, por ejemplo, se celebra el 19 de marzo, día en que se recuerda a San José, padre putativo de Jesús. San José de Nazaret es el patrono de la Iglesia Universal, de las familias y los padres, de las mujeres embarazadas, de los viajeros, los inmigrantes, los artesanos y los trabajadores. Tiene dos fiestas en su honor (el Día del Padre y el Día del Trabajador) y decenas de lugares sagrados y ciudades nombradas como él para ensalzar su imagen, y de quien la dimensión que más conocemos es su condición de Padre terrenal,  incondicional, que no pregunta  y educa desde el amor, sin cuestionar esa curiosa paternidad que le tocó asumir. Una cuestión de pura Fe.

Las ideas y conceptos en torno al rol y a cómo debe ser un padre ha evolucionado muchísimo, me atrevería a decir, las últimas tres décadas. Pero queda mucho camino por recorrer, según constatan diferentes movimientos en pro de una paternidad más cercana, amorosa y comprometida con la crianza de los hijos, sobre todo en lo que se refiere al aspecto emocional de la progenie.

Hasta ahora lo tradicional era que la figura paterna se limitaba a ser el proveedor de los medios económicos para la subsistencia de los hijos y representaba la autoridad que imponía el orden y aplicaba los castigos en caso de portarse mal la criatura. Cuántos de nosotros crecimos con eso de “ya lo se enterará tu papá y te pondrá en regla”.

Hace unos días, reflexionando sobre este tema, busqué algo de literatura al respecto y encontré varios artículos muy interesantes que demuestran que un padre implicado más allá de lo meramente económico, es decir, un padre que juega, conversa, mima, que se aplica en los cuidados cotidianos de los hijos (alimentar, asear, tareas escolares, etc.), es un ser humano que crece en lo afectivo y permite al hijo/hija lo mismo. Ya lo decía la Unicef en el 2011 (hace apenas una década) que “la presencia cálida de un papá participativo en la crianza de sus hijos e hijas desde las primeras etapas, pronto se reflejará en bebés y niños más felices y saludables.” Y más interesante aún, hace de ese ser humano adulto un ser más completo porque es capaz de empatizar con esa criatura en formación.

Un conocido suplemento femenino de un diario local, acaba de publicar un sugerente artículo sobre la llamada “paternidad activa”, es decir, una paternidad más implicada en los afectos y las emociones.  Un movimiento que busca una mayor equidad en la crianza, que cuestiona el viejo modelo de la masculinidad parental distante y sin expresión de las emociones, por una masculinidad conectada con éstas  y con lo doméstico, lo que permite a la larga construir una mejor sociedad.  La nota destaca que “desde el activismo, la academia, ONG y plataformas como podcast o Instagram, varios hombres están luchando por instalar un nuevo concepto de padre, más corresponsable y consciente del daño que causa la inequidad de género”. El sicólogo Francisco Aguayo es uno de ellos. Aguayo sostiene con conocimiento de causa y convicción que “todos los indicadores mejoran cuando el hombre se involucra en la crianza. La evidencia muestra que aumenta el rendimiento académico de los hijos, la relación con la madre de los hijos mejora, los hombres cuidan más de su salud”, e incluso “cuando los hombres asumen tareas de cuidado, liberan más oxitocina”, una hormona que modula nuestro comportamiento invitándolo a ser más feliz, en palabras simples. Pero advierte eso sí, que aun quedan muchos ripios que superar para alcanzar esta nueva paternidad. Y en sentido, creo que las mujeres podemos colaborar mucho en  el desarrollo de un nuevo modelo de padre, no indicando como debe hacerlo, si no que permitiendo que desde la construcción emocional de ese padre, se vincule con los hijos y desarrolle ese lazo que será indeleble, con todos los matices posibles. Es la sociedad toda la que debe mirar de otra manera la paternidad y las formas que en  ésta pueda expresarse.

Le pregunté a un amigo que crió solo a sus tres hijos varones tras separarse de la madre de los niños, qué tal le había resultado eso de tener el rol de “padre-madre”. Su respuesta me dio luces de para donde va la evolución de este rol.  Me dijo que él sólo fue padre, porque es imposible ejercer algo  que no eres, pero que sí es posible crecer en habilidades blandas que tradicionalmente se dan por obvias en las madres.  Tratándose de un chico rudo, siempre me ha llamado la atención el modo masculino no tradicional con que maneja su relación filial y la bonita relación que tiene con sus tres hijos.

Pregunté a padres de mi generación, y en general, habían dado un paso más allá del mero rol de proveedores, pero sentían que les había faltado conectarse más con sus emociones sin tanto miedo a parecer sin autoridad.

Ni hablar de las generaciones que hoy tiene alrededor de 30 a 35 años (porque el inicio de la paternidad también se ha desplazado etariamente). Se trata de papás para quienes la relación con los hijos e hijas es una amalgama perfecta como proveedor de bienes materiales pero siempre con afecto protector, entendiendo que  las necesidades tanto materiales como afectivas de la criatura van unidas.

No cabe ninguna duda que una imagen paterna cercana es una buena  base para una adultez plena.

Este año algunas de mi amigas y algunas conocidas han perdido a sus padres. Su dolor ha sido enorme. La partida final, la única que tenemos por cierta, nunca nos agrada pero si hemos tenido la suerte de tener desde  niños y luego como  adultos una relación con nuestro padre, su recuerdo aún en la ausencia puede ser un cobijo.

Yo tengo la fortuna de contar con mi papá hasta el día de hoy. Y cuando digo contar es que realmente puedo recurrir a él a pesar de sus años. Con una opinión o algún favor del día. Somos vecinos hace 30 y tantos años. Nos separa una reja con una puerta que nos permite transitar libremente entre nuestros jardines. No me imagino su ausencia y por eso le “saco el jugo” a su presencia respetando sus tiempos. Él me ha enseñado cuestiones importantes como la lealtad y el jugarse la vida en la palabra empeñada. Porque podrá haber circunstancias que te obliguen a cambiar tus decisiones o acuerdos, pero antes debes entregarlo todo intentando ser fiel a ti mismo y tus compromisos.  Como dice el verso de Piero: "Es un buen tipo mi viejo".

Hay un par de películas que me gustaría recomendar para que vean: En el nombre del Padre  (In the Name of the Father) , El Padre (The Father),  Billy Elliot y El Gran Pez (Big Fish). En todas ellas, la figura del padre es central.

Que tengan un amoroso día del Padre. Los de sangre, los prestados, los putativos, los padrastros. 

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DÍA DE LA MADRE 
Por Mónica Salvador Traub
 8 de mayo de 2022

“Mi mamá me mima, mi mamá me ama”

“Madrecita mía, madrecita tierna, déjame decirte, dulzuras  extremas”

(Gabriela Mistral)

“Escribe algo bonito” me dicen. ¿Puedo después de  esta cita preciosa de la Mistral, que antiguamente recitábamos?

Advierto que esta columna está lejos en intención de entregar  una imagen ñoña y almibarada de la maternidad, a propósito del Día de la Madre. Pero me cuesta salirme de ese verso y, al mismo tiempo, no reflexionar acerca de la complejidad que es ser mamá en la actualidad.

¿Es el amor materno un instinto, un regalo, un don, un estado alterado de la conciencia debido a la oxitocina que segrega nuestro cuerpo al momento de parir? ¿O no es necesario parir para experimentar ese amor?

Dicen que el amor de madre es infinito e incondicional.

Por estos días, se replantean las muchas maneras de expresar el amor maternal hacia los hijos.  Se cuestiona el modelo clásico de maternidad que implica el sacrificio y la anulación personal en pos de una maternidad ejercida los 365 días del año, las 24 horas de cada día. Pero es innegable que en todo acto de amor, materno o no, existe alguna perdida del yo en favor de quienes cuidas con genuino afecto e incondicionalidad.  ¿No es acaso una suerte de amor materno el que prodigan cientos de mujeres al cuidado de sus viejos, sus vecinos, sus sobrinos o algún amigo enfermo? De quién aprendemos ese amor, es de la figura materna, cualquiera que sea quien haya cumplido dicho rol en nuestras vidas.

Un dilema que aún no logramos solventar del todo las mamás contemporáneas es cómo conciliar maternidad y desarrollo profesional.  Si bien hoy en día la sociedad estimula que cumplamos ambos roles, y ojalá ambos bien, ello ha traído aparejado, por un lado, la satisfacción de ejercer nuestras vocaciones, pero por otro, la culpa, por la falta de tiempo que otorgamos a nuestros hijos.  Como sociedad, nos falta mucho que aprender aún sobre corresponsabilidad parental. Y ni hablar de la carga que significa para el aproximadamente 70% de mujeres que en Chile son jefas de hogar, porque padre hay, pero ausente.

Si tuviera que elegir una imagen para el amor de madre, la del océano me parece perfecta. No sabes dónde empieza ni dónde termina.
El vientre materno es tu primer océano. Acuoso, acogedor, tibio, lleno de alimento, donde al principio, eres es un pez pequeñito, que nada en perfecta armonía y tranquilidad, hasta que llega el momento que ese lugar te queda estrecho y te toca nacer y expandir tu horizonte.

Pero mamá sigue allí.  Pendiente de ti, repitiendo mil veces una palabra para que la aprendas, cantando y arrullando tu sueño, velando el buen dormir, jugando, consolando rasmillones de tanto jugar a la pelota (esas son las fáciles) o, intentando aliviar desilusiones amorosas (esas son más complejas), respondiendo los primeros cuestionamientos vitales (menuda tarea), cuidando que comas bien, aprendas la lección o cuidando de tu salud.

Las complicidades madre - hijos, van creciendo con el tiempo y pareciera que una también crece con ellos. No sólo en kilos y canas. Los hijos también te enseñan algo sobre las claves de las nuevas generaciones.

Por eso, la felicidad de verlos enteros y volar, es, al menos para mí, la mejor parte de la maternidad. Saber soltar a ese ser humano que creció, observando como mudó sus plumas para emprender su propio vuelo, es un premio a la entrega que hacemos como madres.  Es un desgarro amoroso, que se mitiga porque ellos saben que tú sigues allí.

Ver crecer a un hijo es un regalo. Quizás por eso somos nosotras las que agradecemos la fortuna de haber parido.

Pero cuando pienso en el amor de las madres adoptivas, sospecho que su amor es de una categoría superlativa.

O cuando pienso en el amor y dedicación de las educadoras, desde la etapa de párvulos a la compleja adolescencia. O en el amor de las tías, las mejores cómplices. Confirmo entonces, que no hay “un solo tipo” de amor de madre.

Al reflexionar sobre las madres, obviamente pienso con particular afecto en la mía. Pero también recuerdo a mis abuelas, a mis tías, a algunas profesoras del colegio. Incluso pienso en mi hermana mayor, en cuanto su condición de madre de sus hijos y un poco de los míos, cuando ha sido menester.

La causa de esta celebración, según he leído, tendría su origen en la idea de Anna Jarvis, quien interesada en homenajear a su progenitora, consiguió que se reconociera una fecha oficial de celebración del día de la madre y se instaurara como tradición.
La mamá de  Anna Jarvis, Ann Reeves Jarvis, fue una mujer que durante la guerra civil de EE.UU creó grupos de trabajo en el estado de West Virginia con  pares femeninas que cuidaron a los soldados y que al tiempo, reclamaban un mejor sistema de salud pública. En 1911, dos años después de su muerte, su hija, Anna Jarvis, logró crear un día especial para las madres, logrando que se estableciera como día festivo, en todos los estados de la Unión. Tres años después, se adoptó oficialmente que el segundo domingo de mayo se conmemoraría el Día a las Madres (www.mujeresbacanas.com).

Nuestra Gabriela Mistral, quizás la Madre de Chile con mayúsculas, escribió esa belleza de obra Desolación (1922), en la que dedica poemas a las madres.
Mistral no fue mamá biológicamente hablando, pero cuidó con mimos infinitos a su sobrino Juan Miguel Godoy, hijo de su medio hermano, Carlos Miguel Godoy, quien al enviudar, deja al cuidado de Mistral a la pequeña criatura.  La poetisa le llamaba cariñosamente Yin Yin.

Juan Miguel nació en Barcelona el 1 de abril del año 1925. Tras ser entregado a su tía, Yin Yin acompañó a la poetisa en todos sus viajes. La consideraba su madre, y ella a él, su hijo. Pero la alegría de su compañía no duró demasiado tiempo.  El 14 de agosto de 1943, a los 17 años de edad, su querido Yin Yin, se suicidó, dejando una pequeña nota: "Querida mamá, creo que mejor hago en abandonar las cosas como están. No he sabido vencer. Espero que en otro mundo exista más felicidad".

Mistral escribiría sobre este dolor inconmensurable como cualquier madre haría ante tamaña pérdida: "Nadie podrá entender mi espanto de hallarme a mi Yin Yin agonizando de arsénico. Nada, nada me había preparado para este golpazo. Y nada hubiera podido prepararme" (Mistral Gabriela, Cuaderno de Petrópolis (1941-1945), p. 213).

En esa misma intensa década de los 40, la soprano chilena Teresa Orrego Salas, embarazada de su primer hijo, le leía a su marido, el artista rumano André Racz, “Desolación”.

Racz, fascinado con el texto, contactó a Mistral en 1949, para solicitar que le escribiera un prólogo para su catálogo de grabados “Madre e hijo”. Mistral aceptó gustosa, iniciándose una prolífica amistad creativa y colaborativa, que más tarde dio vida al libro “Poema de las Madres”, (1950). Se trata de un compilado de 65 dibujos de Racz sobre este viaje a la maternidad y una serie de poemas de las madres desagregados de la edición de Desolación de 1922. Este texto fue publicado por la Editorial del Pacífico con un estudio crítico del español Antonio Romera.

Hoy podemos acceder a esta joya plástico-literaria gratuitamente, gracias a la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM) y la Biblioteca Nacional Digital, que con motivo de la conmemoración de los 70 años de la obtención del Premio Nobel de Literatura de la poeta chilena, dispuso para todos nosotros esta primera reedición digital de los “Poemas de las madres” de Gabriela Mistral.

Les dejo acá el enlace, deseándoles disfruten este domingo, en el abrazo tibio a sus mamás o con su recuerdo amoroso. Les invito a leerlo, o quizás compartirlo con sus madres.

http://www.memoriachilena.gob.cl/archivos2/pdfs/MC0070059.pdf

P.D.: Conozco otra versión más reciente de Poema de las Madres, de una editorial pequeñita, Quilombo, que prometo mostrarles en unos días más y regalar un par de ellos. ¡Estén atentos comunidad tatrextina!

👀DEJE SUS COMENTARIOS EN LA ENTRADA 👉: DÍA DE LA MADRE


MES DEL LIBRO
por Mónica Salvador Traub
23 abril de 2022 

“El regalo de un libro, además de obsequio, es un delicado elogio". Anónimo.

 

El 23 de abril de 1926, fue fijado por la UNESCO como el día Internacional del Libro para conmemorar la muerte de dos representantes de las letras universales, como son  William Shakespeare y Miguel de Cervantes, quienes fallecieron coincidentemente el 23 de abril de  1616 (aunque algunos estudiosos dicen que éste último, habría fallecido un 22 de abril).  El objetivo de la UNESCO  fue “rendir  un homenaje mundial al libro y sus autores, y alentar a todos, en particular a los más jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y respetar la irreemplazable contribución de los creadores al progreso social y cultural”.

Miguel de Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega

Quienes me inculcaron el amor por la lectura, de libros y cuanta revista para niños existía allá por los 70 y los 80, como la revista Mampato, fueron mis padres.  Porque leían mucho. Era habitual verlos con todo tipo de textos: novelas, cuentos, historia, medicina, un par de bibliotecas adquiridas en cuotas, y cuanta cosa cayera en sus manos y fuese posible comprar. Recuerdo claramente a mi mamá devorando con igual devoción a la inglesa Agatha Christie en “Asesinato en el Orient Express” que al ruso Anton Chéjov, en “La Dama y el Perrito y otros cuentos”, autor a quien por estos días, la representación de una de sus obras fue “cancelada” en Chile, debido a la guerra entre Ucrania y Rusia, una medida aberrante si consideramos la talla de este escritor ruso.  Este hecho me trae a la memoria la cantidad de veces que en la Historia de la Humanidad, por ignorancia, miedo, deseo de control o el mero afán de aniquilar la cultura de los otros, se han quemado cientos de textos valiosos, privándonos de un conocimiento vital para el desarrollo de la cultura. En ese sentido, nobleza obliga reconocer la indispensable labor las y los bibliotecarias (os) en esos templos llenos de gemas de papel y tinta que ordenan, clasifican y guardan con celo amoroso lo que les es dado preservar y, al mismo tiempo, promover y recomendar.

Se ha confirmado en las últimas décadas, la importancia que tiene el estímulo precoz de la lectura en las niñas y niños.  Hoy se habla incluso de la lectura de la “primera infancia”, que empezaría desde los 0 años, e incluso antes, desde el vientre materno.  Me explicaba hace unos días una amiga editora, la importancia de la “lectura” de libros que sólo contienen imágenes. En un mundo lleno de estímulos visuales, un libro, objeto táctil por antonomasia, que contenga sólo ilustraciones, es  un estímulo  a la imaginación y a la capacidad creativa para la redacción y narración en un pequeño. Es una ventana que se abre para el inicio de una relación amorosa y curiosa con el libro.

La pandemia impidió que muchos niños aprendieran a leer y escribir con fluidez, sobre todo a aquellos que les tocó cursar 1ro y 2do básico. En este sentido quisiera destacar la labor de Fundación LetraLibre que reclutó a cientos de voluntarios para que apoyaran a niños de diferentes escuelas en su proceso lecto-escritor. Fui parte de esa experiencia y puedo contarles un par de anécdotas que refleja lo gratificante que puede ser para un niño afirmar su habilidad lecto-escritora: mi pequeño amigo, a punta de más de cien cuentos, poemas, trabalenguas, adivinanzas y juegos que intercambiamos en nuestra hora diaria de lectura, afianzó esas ganas de leer y comprender. Le puso texto a una mini historia que encontramos sólo con los dibujos. Y hace pocos días, me contó que estaba feliz porque descubrió, al volver a clases presenciales, que en su nuevo colegio, ¡hay una Biblioteca ! ¡y que puede acceder a  muchos libros  y llevarlos a su casa!  ¡Qué magnífico momento! Su familia, ha sido y es un puntal maravilloso en este proceso.  El encuentro de un niño con la lectura es mágico.  La primera vez que escuché leer a mis hijos, pequeñas historias escritas e ilustradas por ellos mismos, es un recuerdo que  me emociona y atesoro. Un suspiro profundo lleno de esperanza.

Hace mucho tiempo que no disfrutaba tanto con la lectura de un libro. Tanto que volvieron las ganas de sumergirme entre puntos y comas con fruición. Se trata de El Infinito en un Junco.

Un texto magnífico que recorre poéticamente la historia del libro y la Humanidad, que con maestría escribió la Doctora en filología clásica @irenevallejomoreu y a quien, como si se tratara de mi propio  inicio lector, agradezco desde este rincón del mundo. Tanto me gustó, que lo he regalado dos veces. Existen muchos otros títulos que nos estimulan a buscar nuevos textos para satisfacer esta sed lectora.  Podría darles muchos ejemplos. Dos que conozco bien, Un viaje por mi Biblioteca de Pierre Jacomet o Seis propuestas para el próximo milenio de Ítalo Calvino, que me abrieron la cabeza. Ambos libros los recibí de regalo hace algunos años.  Se sabe que, a Jorge Luis Borges, ese gigante de las letras argentinas, le gustaba contar a quienes leía.  De hecho, existe un libro póstumo titulado “La biblioteca de Borges”, en el que se reseñan la mayoría de obras que habitaron su biblioteca, que suma 2.000 volúmenes. Su viuda, María Kodama, en la presentación de esta publicación afirmó: 

Este libro me parece muy interesante porque es una manera de que la gente tenga acceso a los libros que le gustaban, porque Borges -según sus palabras- decía que su obra no era para tanto. Él disfrutaba leyendo a otros autores y ese placer lo quería transmitir a otros lectores para que se iniciaran en ese amor por los libros. Borges, además, era una gran re-lector de escritores, entre sus favoritos, Cervantes. 

Hoy día, con acceso a internet, no hay excusa para no leer.  Hay cientos de iniciativas  públicas y privadas que buscan fomentar la lectura, como Bibliometro (www.bibliometro.cl ), EducarChile (www.educarchile.cl) o Fundación ChileLee  (www.fundacionchilelee.cl) o La Biblioteca Digital Pública (www.bpdigital.cl ), desde donde puedes descargar muchos libros gratis.  Marcelo Simonetti, (@simonettister) escritor y divulgador, ha promovido la lectura y la escritura en las cárceles a través de la Fundación Itaca. Y recientemente lanzó una refrescante iniciativa en las redes sociales,  @ComunidadLeoLover (con quienes formamos alianza como FundacionTatrexto), una estupenda idea  que busca promover la lectura de clásicos entre niños y adolescentes a través de comics activos.  

Hasta Spotify, una plataforma auditiva se presta para acceder a “lecturas”. Además, hay cientos de librerías de libros usados, donde encontramos ediciones antiguas que son verdaderas joyas de la creación literaria. Por eso, por más tentador que sea, es mejor no comprar “libros pirata”. Nosotros como Fundación Tatrexto, también tenemos el fomento lector como norte con nuestras iniciativas. ¡Tanto talento a disposición de todos para el goce lector!


Fue tal la importancia de esta leyenda que San Jorge fue declarado patrón en diversos países  tales como Inglaterra, Portugal, Bulgaria, Ucrania,  entre otros. En España, por ejemplo, es el patrón de varias  localidades como Cáceres, Santurce (Vizcaya), Santurdejo (La Rioja), Alcoy y Banyeres de Mariola (Alicante). En Cataluña, el día de San Jordi, es el día de los libros y las rosas, una festividad que se celebra para recordar esta tradición basada en el amor y la cultura. Creo que al único dragón que debemos vencer, no con espadas esta vez, sino que con cientos de libros, es al dragón de la ignorancia. Compremos libros, intercambiemos libros, vayamos a las Bibliotecas, regalemos libros, escuchemos audiolibros, escuchemos cuentacuentos, leamos en voz alta. Parafraseando a la bailarina y coreógrafa alemana Pina Bausch que decía “Dancemos,  dancemos,  de lo contrario, estamos perdidos”,  les invito a decir, “Leamos, leamos, de lo contrario, estaremos perdidos”. Regalemos libros en elogio a nuestras personas amadas. Que siempre sea Día del Libro. 

👀DEJE SUS COMENTARIOS EN LA ENTRADA👉: DÍA DEL LIBRO

                   

LA CULTURA Y PANDEMIA                   
 por Mónica Salvador Traub
18 marzo de 2022

“La cultura hace al hombre algo más que un accidente del universo”

André Malraux (1901-1976) Novelista y político francés

Poco a poco, vamos volviendo a la “normalidad” o a una nueva normalidad post pandémica con una maleta llena de aprendizajes, dolores, nuevas certezas y también nuevas preguntas.

Muchos de nosotros tuvimos la suerte de vivirla “cómodamente”, trabajando desde nuestras casas. Otros tantos sostuvieron no sin sacrificio lo cotidiano: los supermercados, las farmacias, el transporte público, ni hablar de los hospitales.

Y otros tantos quedaron en el camino: el mundo de la Cultura que tuvo que reinventarse como nunca. Apelar a su capacidad creativa respondiendo a la necesidad de sobrevivir al tiempo que atendían las necesidades de otros, pero de un modo desconocido hasta entonces. En el camino perdimos a notables expositores del canto, el teatro, la música.  Nos queda el consuelo de su paso generoso desplegado en sus talentos.

Para muchos, significó dejar el escenario de una obra de teatro y hacer delivery de verduras. Dejar los conciertos en vivo para emprender un mini negocio de frutos secos. Y en medio de la incertidumbre, descubrir que había otros talentos ocultos que podían explorar y mostrar. Y también otras formas de llegar a un público que estaba obligado a aislarse.

Sin duda que algo que nos dejó la pandemia fue descubrir que, si no nos adaptamos, morimos un poco en vida. Que si no nos atrevemos a explorar nuevas formas de acceder a bienes, hacer nuestro trabajo o disfrutar del ocio, nos apagamos y que, si no nos apoyamos unos a otros, todo se va al garete.

Pero la sed de contacto con otros, esa necesidad tan humana de convivir, compartir, co- crear, de ser comunidad, es siempre mucho más fuerte. Necesidad que es también común a todo el resto de los mortales que no somos del ámbito de la cultura, pero que disfrutamos con ella, al constatar que si no fuera justamente porque existe en sus diversas manifestaciones, habríamos enloquecido encerrados. ¿Se acuerdan de esos conciertos espontáneos desde los balcones de los departamentos? Más de un aria, la recitación de un poema, una pequeña obra de teatro en dos metros cuadrados, nos dejaban felices, admirados a muchos porque espantaban los temores por un momento que nos embargaban por esos días, en un hechizo colectivo.

Y te quedabas esperando la nueva intervención sorpresa, un regalo exquisito y amoroso.

Esa así que la Fundación Tatrexto quiere hacer un reconocimiento particular al mundo de la cultura que nos permitió, por ejemplo, ir al teatro “virtual”; escuchar conciertos de algún cantante favoritodesde el dormitorio; recorrer galerías como nuestro Museo de Bellas Artes o el Del Prado en Madrid, cuyos directores captaron la enorme oportunidad de poner en línea, interactivamente con humor, el patrimonio que poseen y al que muchos aún no habían podido acceder.

En este sentido, cito un estudio de agosto del 2020, de la Universidad de Chile, que señala lúcidamente: “La pandemia del Covid-19 ha visibilizado al arte y cultura como herramientas de bienestar que cumplen un rol fundamental dentro del contexto que vivimos actualmente”.

Es imperativo, entonces promover ahora aquellas acciones que permitan que el mundo de Cultura crezca, se fortalezca y llegue a más personas.

Todos podemos colaborar desde nuestra dimensión de espectador.

Lo que tomará mucha más fuerza, será la necesidad de contar con políticas públicas comprometidas en la creatividad, que no abandonen el quehacer cultural en la adversidad y, que al mismo tiempo, promuevan su recuperación, en especial, ahora que empezamos con ilusión a volver a las calles, al teatro, al cine, a los conciertos, al ballet, a las lecturas compartidas.

Junto con lo que parece este nuevo despertar tras una pandemia que aparenta ir en retroceso, en Chile tenemos un nuevo Presidente de la República, joven, cuya lectura del mundo puede traer aires frescos para los que ya nos acercamos al tiempo del júbilo y nos cuesta más entenderlo, que se ha comprometido con la actividad cultural.

Es de esperar que otras “necesidades” y urgencias no le quiten presupuesto a un sector del quehacer humano que nos permite respirar de otra manera, convivir de otra manera, evocar de otra manera, y por qué no, crecer y sanar.

¡Vamos al teatro!

¡Vamos al cine!

¡Vamos a la Biblioteca a escuchar cuentos!

¡Vamos a un concierto o a un recital! 

 Hagamos que nuestra vida sea más que un accidente del universo.

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