EDITORIAL VILANO MAYO 2023
LETRAS
Y NOBLEZA EQUINA
por Sandra Burmeister
…Fue luego a ver a su rocín, y aunque tenía más cuartos que un real y más tachas que el caballo de Gonela, que «tantum pellis et ossa fuit» le pareció que ni el Bucéfalo de Alejandro ni Babieca el del Cid con él se igualaban. Cuatro días se le pasaron en imaginar qué nombre le pondría; porque –según se decía él a sí mismo- no era razón que caballo de caballero tan famoso, y tan bueno él por sí, estuviese sin nombre conocido; y así procuraba acomodársele de manera que declarase quién había sido antes que fuese de caballero andante y lo que era entonces; pues estaba muy puesto en razón que, mudando su señor estado, mudase él también el nombre, y le cobrase famoso y de estruendo, como convenía a la nueva orden y al ejercicio que ya profesaba; y así, después de muchos nombres e imaginación, al fin le vino a llamar «Rocinante». Miguel de Cervantes Saavedra
Mal parado salió Rocinante al querer conquistar a las jacas de los gallegos mientras pastaban y bebían agua, culminando entre mordiscos y patadas, además de los palos que le dieron los arrieros debido a la molestia que les causó, esto descrito en el capítulo XV de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha donde el protagonista sale a defender la honra de su caballo en compañía de su escudero Sancho Panza.
La figura del
caballo en la literatura ha sido importante. Rocinante es una verdadera
inspiración para creadores, artistas y poetas. La presencia del caballo en el
arte literario se presenta como personaje principal o co protagonista. Por
ejemplo, la literatura épica o las grandes epopeyas como es el caso del
“Caballo de Troya” mencionado en la Odisea
de Homero o Babieca, la yegua, en el Cantar
de Mío Cid que se atribuye a Rodrigo Díaz de Vivar, el Campeador.
Existen novelas
de caballerías como Amadís de Gaula, literatura
medieval en español o Policisne de Boecia
que se publicó poco antes de la aparición del Quijote. Y en relación a actos
heroicos ¿por qué no mencionar la presencia de caballos durante el período de
la Reconquista?, cuando Bernardo O'Higgins se reúne, en Mendoza, junto a José de
San Martín, organizando al Ejército de los Andes y dirigiendo la tropa para
alcanzar la independencia de Chile en 1818, tras la batalla de Maipú, también
conocida como batalla de Maipo.
Al parecer los
caballos dan vueltas en la vida del ser humano, puesto que si los “padres de la
Patria” cabalgaron equinos recios fue gracias a la llegada de los primeros ejemplares
a América nada menos que por el envío de los Reyes Católicos de España, el 23
de mayo de 1493 al Nuevo Mundo: 20 caballos y 5 yeguas. Eran ejemplares
españoles de tres tipos: el caballo andaluz de la época, el caballo español de
Castilla y el caballo tipo jaca y rocín. Con ellos se realizaron expediciones
al interior del continente americano.
Los caballos se
multiplicaron en Jamaica y México. Sin embargo, también existen
precedentes de la reproducción natural en la Patagonia chilena y argentina donde actualmente viven de manera salvaje los baguales,
muchos de ellos, sementales bravíos y potros no domados, que habitan en
llanuras lejanas del ser humano entre montes rocosos y bosques impenetrables.
Caballos pastando al pie del Monte Fitz Roy en la Patagonia. |
Los caballos son
impredecibles, gregarios por naturaleza, sobreviven y se organizan en manada
frente a los depredadores. Seres que considero de mucha espiritualidad,
carentes de ego, fuertes y veloces, pero que además sufren de claustrofobia
porque aman la libertad. Han acompañado al ser humano desde antiguas
civilizaciones, aparecen en dibujos rupestres sobre agricultura, han
participado en guerras y otros hitos de la humanidad.
Podríamos hablar del caballo mongol, pequeño y robusto, pero no poni, que vive al aire libre durante todo el año. De los mustang, caballo salvaje de Norteamérica, al parecer, cimarrones, ya que los entendidos explican que el caballo original se extinguió a finales del pleistoceno y fueron reintroducidos por los conquistadores españoles a partir del siglo XVI, de raza andaluza y árabe. Hay variadas razas por origen: andaluces, árabes, negros frisón de Holanda, percherones de Francia, pintos que se les atribuye a los indios pieles rojas en Norte América, caballos pura sangre inglés; también por colores: castaños, alazanes, tobianos, overos, tordillos, bayos, ruanos, en fin.
¿Alguien mencionó los caballos del Apocalipsis? Según lo que estamos viviendo; estos serían conquista, guerra, hambre y muerte. |
En lo personal,
he vivido conexiones profundas con tres yeguas en distintas etapas de mi vida:
Kira, Luna y Mamba... El vínculo surgió en momentos de soledad, en contacto con
la tierra, el viento, el cielo, los árboles, la hierba, las flores, el agua,
los cerros... Sus ojos y la mirada me
conmovieron, me anticiparon ante los afectos, me liberaron de los apegos y me
hicieron recordar la esencia de mi existencia.
Un sentimiento de libertad, siendo adolescente, junto a Kira al galope, una gran compañera de paseos con quien tuve la oportunidad de cabalgar y de perdernos entre senderos solitarios en Linderos.
Fueron los sonidos, olores, movimientos y música, en Colliguay, junto a Luna, quien me resoplaba al oído, haciéndome sentir su aliada y confidente al momento de escribirle una canción... Su temprana partida causó un gran dolor y dejó ecos en el vacío.
LUNA |
Fue en Teno-Curicó, junto a Mamba, con quien sentí la fluidez del arte ancestral mediante melodías y vocalizaciones de lenguaje de luz que dieron paso a una danza circular con ella, una verdadera sincronía, me regaló sus besos en mis manos y rostro; una comunicación extraordinaria que señaló mi actual camino.
MAMBA |
Cada una con su
importancia memorable de aprendizaje y todas relacionadas a los afectos
emancipadores proclives a una comunión a partir de los sentidos, instinto,
intuición y correspondencia entre ambos corazones: humano y equino.
Mucho por
agradecer a cada una de ellas, maestras de mi alma.
Abrazaré la ruta de la nobleza que enseña don Quijote junto a Rocinante y su amigo del alma, Sancho Panza, quien es acompañado por “el rucio” un burro. Consideraré la amistad entre ambos y sus respectivos equinos de acuerdo a los anhelos que por mucho que parezcan imposibles, desde una mirada salvaje de sobrevivencia, la transformación de los sueños se manifiesta en una realidad, cuando la búsqueda del autoconocimiento se relaciona al bienestar personal, pero a la vez hacia un bien social común.
Sandra Sofía Burmeister G.
P.D.: el Huaso fue un caballo chileno
Sandoval, Fabián (s/f). “Arde Santiago”. País vulnerable: https://paisvulnerable.cl/2019/02/06/arde-santiago-4-de-junio-de-1891/
Gracias, hermosas imágenes nos regalas.
ResponderEliminarRecordé a los caballos que visitaron a la reina Isabel.ll.